Nos sentimos como en casa
- PAPRYKA
- 18 jun 2019
- 3 Min. de lectura
Por Manon Sustersich

Este último sábado los chicos de Joystick estuvieron presentándose en La Tangente de Palermo, con el motivo de lanzar a la calle su segunda placa: Licores furiosos. Luego de esperar unos momentos, silencio, humo y músicos invadieron el escenario para que la banda sentenciada como culpable de hacernos pasar un gran momento le de arranque al show. Con unas luces increíbles, haciendo juego con la música, veíamos a los Joystick en escena haciendo lo que mejor les sale. El escenario y ellos son como un solo ente, se manejan super bien y una de las cosas más destacables en estos espectáculos es la agradablísim atmósfera que se crea cada vez que ellos están ahí arriba. La combinación que que se daba entre la euforia proveniente de los fans y la buena energía que emanaban los chicos fue la mejor para un sábado que pintaba ser súper feo, por el clima horrible que hubo afuera. La lista de temas dió un divertido paseo entre este disco estreno -Licores Furiosos-, su primer trabajo -Mil Razones Para no Dormir- y pequeños covers de “Crimen” (Gustavo Cerati), “Tutti Frutti” (Elvis Presley) y “Don't Look Back In Anger” (Oasis). En estas dos horas, que se nos fueron en un suspiro, quedamos envueltos en tanta buena energía que durará hasta la próxima vez. Su estilo es tan singular y propio que logran enganchar funk, rock de los 50 y algunos tintes electrónicos. Es una banda súper versatil, mires por donde mires, realmente fascina como pasan de un estilo a otro con tanta sencillez.

Logran hacer de lo sencillo algo extraordinario, cuando de realizar estos cambios musicales se trata. Solos de guitarra, de piano y hasta de saxofón, sumado a unas luces geniales que combinaban con cada nota que tocaban hicieron evidente que esta no es una banda más, sino que seguirán pisando firme y fuerte -como hasta ahora- en el mundo musical. Aunque tuvimos algunos desperfectos técnicos, como puede pasar en cualquier espectáculo en vivo, los lograron sortear como verdaderos profesionales. Escuchamos “Desconectame” para romper el hielo de la noche y le siguió “Sube la marea” como para continuar bien arriba. En un momento de la noche nos preguntamos “¿Qué pasó?”, para responder “Llueve todavía”, ya que ese sábado fue un día bastante gris, que los Joystick supieron teñir de color y alegría con su estilo tan característico, al menos por un rato. También escuchamos canciones como “Burlesque”, “Lo prendo fuego”, “Cada vez que me levanto siempre te caes”, “Mil espejos”, “Como en casa” y “Jazz 1920”, entre otras más que completaron una bellísima lista. Claramente las canciones de Licores furiosos estuvieron presentes, ya que eran las grandes protagonistas de la noche. Párrafo aparte para destacar al público, que aparte de jóvenes se compone también de gente adulta (no padres acompañando a sus hijos, sino de gente grande que va porque también les gusta y disfruta de esa música). Con este abanico de edades comprobamos las barreras musicales que puede llegar a romper Joystick, pues los va a ver todo el mundo. Lo que logran estos muchachos es tener al público súper extasiado con cada tema, cantando y saltando todo el tiempo, hasta llorando de emoción por momentos, su gente es súper amorosa, hasta regalitos y carteles llevaban consigo al terminar el show. “Mi mejor atuendo” fue un “Tierno disfraz” de gala, o eso fue lo que nos logró transmitir la banda con su precioso vestuario y música.
Pano, Augusto, Mateo, Emiliano y Pablo nos dieron una dosis de música, dejandonos deseantes de más, pero a no desesperar, ya que anunciaron una nueva presentación muy pronto. “Nosotros somos Joystick, gracias por todo”, y así se despidieron, no sin antes sacar la foto final con su público.
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