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Perotá Chingó: La banda viajera que hizo una escala en Buenos Aires

  • Foto del escritor: PAPRYKA
    PAPRYKA
  • 23 ago 2018
  • 4 Min. de lectura

Fotos por Belén Vallejos

Eran las 9:30 PM el momento en que la oscuridad poseyó el teatro ND Ateneo y tras unos relajantes ruidos fluviales, Perotá Chingó sale a escena, acomodándose entre las leves penumbras que permitían observar dos micrófonos, un teclado a un lado y varios tambores junto a otros instrumentos de percusión.


Unos leves golpes de tambores dieron inicio al show, concluyendo en “La Copla / Vals de la Quebrada” de Perotá Chingó, su primer álbum de estudio. Se puede distinguir que el comienzo fue de lo más relajante y calmo, cualidades que caracterizan a la banda. Al finalizar la canción, se permite apreciar un juego de voces por parte de las cantantes, Julia Ortiz y Dolores Aguirre (apodándose Maju y Dolo) acompañadas de un leve sonido proveniente de un instrumento de percusión, dando inicio a “Aguacero” de Aguas, su segundo álbum de estudio. Dos canciones bastaron para que la positividad y las buenas vibras colmen el espacio. 

Luego de interactuar de una manera muy amistosa con su público, con recurrentes chistes simpáticos, los primeros acordes de “Piel” proveniente de Aguas, comenzaron a sonarde lo más positiva.

Después de interactuar, durante unos segundos, con su público, usando idioma inclusivo, Dolo comienza a hablar de uno de los tantos viajes que hizo junto a sus compañeros a un pueblo del norte, recomendando visitar dicho espacio; aclarando la energía que posee el lugar. A esta altura el público ya suponía que hablaba de Iruya. El leve arpegio de “Anhelando Iruya” de Aguas comienza a sonar. Tras finalizar, notifican que la canción que continuaba iba dirigida hacia una persona que, en ese momento, no había nacido aún y como regalo de bienvenida compusieron “Canción Pequeña” de Aguas. Tras la finalización de ésta, sin dejar de regalar su hermosa voz, Maju y Dolo se colocan un instrumento de percusión con cascabeles, atados en sus respectivos tobillos; el sonido se reveló en el momento que ellas emprendieron un baile, acompañado de sus voces, cantando “Reverdecer” de Aguas, que sonaban muy nítidas por más que no usen un micrófono. Eso demuestra el poder que poseen y evidencia lo majestuosas que son sus voces. Fueron varios los temas que siguieron implementando la no utilización de micrófono, pues con sus tonos de voz no era del todo necesario. 



Acto seguido, se realizó un homenaje a Mario del Tránsito Cocomarola, realizando tres covers de él; "El Jardinero", "El Boyero", "Bañado Norte", siendo acompañados por Chango Spasiuk en el acordeón. Durante la despedida del primer invitado con la banda, se evidenció un silencio, que fue aprovechado por parte de la audiencia para expresar el famoso cantito que está sonando en prácticamente todo acto de repercusión masiva; “Aborto legal, en el hospital”. No hubo acotaciones por parte de las cantantes, simplemente agacharon la cabeza y permitieron que el público se exprese, con sus muecas demostraron lo mucho que les llegó el canto y con el histórico pañuelo verde que yacía colgado de uno de sus micrófonos denotaron lo de acuerdo que están con la aprobación de la ley.

“Toda Vida” y “L’amar” fueron las canciones siguientes, ambas del álbum Aguas, siguiendo “Alma Não Tem Cor” de Perotá Chingó, siendo este el primer tema en otro idioma, quizás se por el ritmo o por la energía que transmitió la banda, pero de que el ambiente se tornó mas alegre, era un hecho. El público bailaba y cierta emoción colmaba el lugar. El tema finalizó con la llegada del segundo invitado; Cesar Silveyra, cuya participación fue en forma de un rap improvisado durante “Certo” proveniente de Aguas.

A esta altura, las cantantes tenían la suficiente confianza con su público como para solicitar que hagan ruidos de animales autóctonos para simular que estábamos sumergidos en una selva, cuyos sonidos acompañaron a “Peguei uma Chuva” de Aguas, con la participación del tecladista como voz secundaria. Se conectó con “Meia Vuelta” proveniente del mismo álbum, con la ayuda de la misma selva, realizada por la audiencia. Finalizando este espectáculo de sonidos, Dolo anuncia que restan sólo dos canciones para la finalización del show, probablemente una estrategia para que el publico gaste las pocas energías que quedaban, a la son de “Ines” y “La Complicidad / Jah Rastafari” ambas de Perotá Chingó. Tras la finalización de ésta el público se despide. No obstante el público implora que vuelvan a escena, y con la mejor actitud vuelven y “Ríe Chinito” comienza a sonar, y antes de terminar, la siguió “Otinich Eir” siendo éste el mismo tema, aunque invertido; ambos provenientes de Perotá Chingó. Luego de presentar una copia de su álbum Aguas, que fue regalado hacia un bebé del público, por la razón de que se portó bien durante todo el show; la banda cierra con “Seres Extraños” también de Perotá Chingó.

No se puede explicar la infinidad de sensaciones que se generaron durante las dos horas que duró el concierto, pura calma, euforia, seguida de más calma. El único momento de negatividad fue la finalización de éste, que contrarrestamos agradeciendo la existencia de bandas como Perotá Chingó.


Por Lucas Martino

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